Sería una ventaja incomparable conocer las profesiones del futuro, con el fin de poderse formar y adaptarse a los perfiles profesionales que serán más demandados.
Experto en blockchain con especialidad en criptomonedas, impresor de órganos, científico de datos, psicólogo especializado en plataformas tecnológicas y RRSS o ingeniero del internet de las cosas, son algunas de las profesiones más “sexy” que están apareciendo.
El informe de la OCDE “Dream Jobs” confirma que 4 de cada 10 alumnos harán una carrera para una profesión que desaparecerá. Lo confirma la universidad de Oxford que, predice que el 50% de las profesiones están en riesgo de desaparecer.
En la misma línea, el observatorio de futuro profesional de Zeno Quantum, del cual soy miembro, dice que el futuro profesional estará condicionado fundamentalmente por 3 aspectos: La tecnología, la sostenibilidad y la humanidad.
La tecnología, se muestra como el gran motor de competitividad para las empresas y no se prevé que estas, de momento, vayan a cambiar de estrategia. Eso significa que la decisión del futuro no está en manos de la sociedad, sino detrás de los intereses de los grandes lobbies financieros. Hoy tenemos un móvil en el bolsillo porque alguien decidió por nosotros.
La tecnología afectará a todas las profesiones que conocemos principalmente en dos aspectos:
El conocimiento pasará a ser de las máquinas. Tener conocimientos de medicina no será el factor clave para el médico del futuro, como tampoco será para un maestro saber matemáticas, ciencias o lenguas. Si no se entiende bien lo que intento explicar, piense en algo, póngalo en Google y ya.
El trabajo estandarizable y globalizado pasará a ser propiedad de la computarización y la robótica. Cualquier persona que hoy hace tareas repetitivas tiene comprometido su puesto de trabajo. El cajero automático e internet dejó sin trabajo a miles de profesionales de la banca el año pasado
Aquí encontramos la primera clave de hacia donde debemos orientar nuestro futuro profesional. Mientras la inteligencia artificial no consiga tener la inteligencia general que poseen las personas, nuestra fortaleza está en la investigación, no en el tratamiento de la información. Es cuestión de tiempo que vuelvan a ponerse de moda carreras como la filosofía, en busca de perfiles con competencias en sensemaking, pensamiento lateral, pensamiento crítico-cognoscitivo o personas creativas, con la capacidad de crear de nuevo, de dar vida.
La sostenibilidad y la humanidad serán las que marcaran las reglas del juego, donde emergerán empresas, empresarios, productos y profesionales mucho más comprometidos con el medio ambiente y con el ser humano.
Aquí tenemos la segunda clave. No competiremos con la tecnología intentando ser robots. No venceremos a las computadoras cuánticas en retos matemáticos. Seremos competitivos potenciando lo que somos, humanos.
Yo, igual que ustedes, también estoy en la tesitura de saber si tendré trabajo en el futuro.
Ya que me lo permiten, me gustaría compartir con ustedes mi estrategia. La centro en estos 4 puntos:
Pienso profesionalmente en términos tecnológicos.
Entreno mis work skills personales: creatividad, pensamiento lateral o pensamiento crítico.
Pienso desde la conciencia. Yo puedo pagar el agua, la electricidad o la energía que malgasto, pero el mundo, la naturaleza y el medio ambiente no.
Me esfuerzo en ser cada vez más humano, siendo más empático, solidario, comprometido y respetuoso. También en mi rol profesional.
Si llegado a este punto usted se siente amenazado por el futuro, créame, la amenaza real es usted mismo y su capacidad para adaptarse al cambio .
Lo decía Benjamin Franklin: “La pereza viaja tan despacio que la pobreza no tarda en atraparla”.
Diego Delgado / Director General Zeno Quantum / Asesor Patronato Fundació Llor
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