La irrupción de los modelos de lenguaje, como ChatGPT o Google Bard, ha puesto de manifiesto las capacidades de la Inteligencia Artificial y, específicamente, su habilidad para razonar a través de diálogos fluidos que parecen casi humanos.
No obstante, la inteligencia artificial abarca un espectro mucho más amplio, desde el análisis de imágenes de pigmentación en la piel, hasta estrategias en partidas de ajedrez.
En muchos casos, la resolución de problemas implica el reconocimiento de patrones, una habilidad innata en los humanos, pero no exclusiva de ellos. Este proceso, aparentemente simple pero profundamente complejo, se manifiesta desde la infancia de manera natural y sin esfuerzo consciente.
Hagamos un ejemplo: Imagina entrar en una casa desconocida y ver una silla por primera vez. A pesar de no haber visto nunca antes esa silla, reconocemos instintivamente que es una silla.
¿Cómo lo hacemos? La respuesta parece sencilla, pero la realidad es más compleja de lo que creemos.
Es una silla porque se usa para sentarse. Un sofá también cumple esa función, pero no lo confundimos con una silla. Sí, pero un sofá es blando y tiene almohadas y brazos. Características que comparte con la silla, pero no se confunden.
Es una silla porque está cerca de una mesa. No todo lo que está cerca de una mesa es una silla, y no todas las sillas están junto a una mesa.
La definición de silla se vuelve esquiva cuando intentamos abordarla de manera binaria. Aquí es donde entra el reconocimiento de patrones.
Profundizando en el ejemplo de la silla, ¿cómo sabemos que una silla es una silla? Existen características significativas pero no determinantes, como tener cuatro patas, un respaldo y un asiento, ser de madera, estar cerca de una mesa y ser para sentarse, entre otras.
Estas características se combinan de manera ponderada para determinar qué algo es, probablemente, una silla. Por ejemplo, la utilidad para sentarse es un indicador más fuerte que el material del que está hecha.
Esta ponderación se construye a través del entrenamiento de los sistemas, al observar numerosas sillas y objetos que no son sillas.
¿Y qué tiene esto que ver con Zeno Quantum?
El programa MeOrienta que los orientadores ponen a disposición de sus estudiantes utilizan sistemas de análisis de patrones. Es con toda probabilidad, la herramienta más disruptiva, avanzada e innovadora del mundo en el campo de la orientación.
MeOrienta utiliza dos tipos de análisis de patrones: Los patrones profesionales y los patrones académicos.
Para los patrones profesionales, se analizan todas las características de cada profesión de las mas de 1.300 profesiones que existen. Eso permite que el sistema sepa qué es y qué no es, un ingeniero, un medico o un abogado, por ejemplo.
A continuación, durante el proceso de orientación, MeOrienta analiza de un estudiante cerca de 100 items entre los que se encuentran la verbal, la espacial, el razonamiento lógico, la empatía o la asertividad, y así hasta 100.
Todos esos items además tienen niveles de ponderación que permite saber, cuál es el perfil de un estudiante entre 10^47 de perfiles profesionales posibles.
O sea,100.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.
Luego, MeOrienta compara el perfil del estudiante con los de 16 ámbitos y 1.300 profesiones que existen, permitiendo al estudiante, con solo 15 años, conocer en cuáles encaja mejor.
Para los patrones académicos, identificamos de las formaciones existentes, aquellas materias que las definen, a las que les damos una ponderación y establecemos una correlación con las asignaturas que hace un estudiante en secundaria y bachillerato.
No es lo mismo biología para una carrera de medicina que para una carrera de historia. Ni lo es la física para ADE que para ingeniería.
De la misma forma que lo hacemos en los patrones profesionales, para los académicos también entrenamos nuestro sistema.
Durante el proceso de orientación, MeOrienta también analiza el perfil académico del estudiante de acuerdo con historial académico y comparándolo con el histórico de miles de estudiantes. Eso permite a MeOrienta extraer su perfil académico entre 12^14 perfiles académicos posibles y compararlo con más de 41.000 opciones formativas, permitiendo al estudiante anticipar el rendimiento académico necesario para superar su trayectoria.
Estas decisiones se basan en hipótesis respaldadas por datos y patrones, permitiendo a los estudiantes tomar elecciones informadas sobre su futuro académico y profesional.
Es fascinante destacar que, las combinaciones calculadas por MeOrienta entre los patrones profesionales y académicos, son infinitamente superiores al número de segundos transcurridos desde el Big Bang hasta ahora, que es "solo" de 10^17.
Esto ilustra el poder de tomar decisiones fundamentadas en hipótesis respaldadas por el análisis de datos y el reconocimiento de patrones.
Conoce un poco más mediante este vídeo. ¡¡VALE!!
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